¿Has pensado alguna vez por qué llevamos flores a las personas cuando fallecen? Hoy nos gustaría aprovechar nuestra amplia experiencia en el sector de los servicios funerarios en Castellón para contarte cuál es el origen de una tradición tan arraigada a la cultura de los decesos.

Estamos más que acostumbrados al ritual: cuando una persona fallece, la llegada de ramos y coronas enviadas por familiares y amigos no se hace esperar. Para la mayoría de nosotros es una manera de presentar nuestros respetos a una persona que formaba parte de nuestras vidas. Pero aunque en la actualidad es un gesto que sirve para homenajear a la persona fallecida, hace años tenía un objetivo muy distinto que ahora te vamos a contar.

En la antigüedad, cuando una persona moría debía quedar expuesta durante varios días en el domicilio familiar para que todas las personas que lo conocían en vida pudieran expresar sus condolencias y velar por su alma. Como en aquellos tiempos las técnicas de embalsamamientos no estaban tan desarrolladas como en la actualidad ni los domicilios tan preparados a nivel de climatización, al cabo de un tiempo, muchos cuerpos comenzaban a descomponerse y a desprender un hedor desagradable, especialmente en verano. En un intento de camuflar ese olor y aromatizar el ambiente, se rodeaba al difunto de flores, que hacían que el velatorio resultara un poco más llevadero. Como expertos en servicios funerarios en Castellón sabemos que con el paso del tiempo, esta necesidad se fue convirtiendo en una costumbre que hoy en día seguimos manteniendo tanto en el momento en que una persona fallece como en el día de Todos los Santos.

En Funerario Marco – Tanatorio Onda nos encargamos de todos los trámites que deben realizarse en estos momentos tan dolorosos para que tú no tengas que ocuparte de nada. Un trato cercano, respetuoso y profesional cuando más se necesita.

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